Washington D.C.– En un giro inesperado, la administración del presidente Donald Trump ordenó suspender en gran medida las redadas de arrestos por parte de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en sectores clave como la agricultura, hoteles y restaurantes. La medida, confirmada a través de un correo electrónico interno y por tres funcionarios estadounidenses familiarizados con la directriz, busca limitar las deportaciones masivas en esas industrias, según reportó esta noche el New York Times.

El jueves, Trump ya había anticipado este cambio de rumbo, expresando preocupación por el impacto que las deportaciones masivas tendrían en los agricultores, quienes dependen de trabajadores indocumentados. “Nuestros agricultores están siendo muy afectados… No son ciudadanos, pero han resultado ser excelentes trabajadores. Tenemos que hacer algo al respecto. No podemos quitarles a los agricultores a todos sus trabajadores”, afirmó el presidente.

El correo electrónico enviado a los agentes de ICE aclara que las investigaciones relacionadas con delitos graves como trata de personas, lavado de dinero y tráfico de drogas continuarán, pero los arrestos de personas indocumentadas sin antecedentes criminales quedan suspendidos en estas industrias. El Departamento de Seguridad Nacional confirmó esta nueva orientación como parte de la estrategia revisada.

La decisión representa un cambio significativo en la política migratoria de la administración Trump, que hasta ahora había impulsado una campaña agresiva de deportaciones en todo el país. Analistas señalan que este ajuste responde a la presión de distintos sectores económicos, especialmente agrícolas, que enfrentaban serias dificultades para cubrir puestos de trabajo esenciales debido a la falta de mano de obra.

Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes recibieron la noticia con cautela, destacando que aunque la suspensión de redadas en ciertos sectores es un avance, aún persiste la amenaza de detenciones y deportaciones en otras áreas y para personas con antecedentes. “Este cambio no resuelve el problema de fondo, que es la falta de una reforma migratoria integral”, expresó un portavoz de una ONG dedicada a la protección de migrantes.

Por su parte, algunos legisladores republicanos y demócratas han reaccionado divididos a la medida, con unos apoyando la flexibilización como necesaria para proteger la economía, y otros criticando lo que consideran una señal de debilidad en el control fronterizo. Mientras tanto, la administración Trump parece buscar un equilibrio entre su agenda de seguridad y las demandas del sector productivo.