Washington DC. – En una comparecencia frente a la prensa desde la Casa Blanca este miércoles, el presidente Donald Trump mantuvo una ambigüedad deliberada sobre la posible intervención militar de Estados Unidos en el conflicto con Irán. “Puede que lo haga, puede que no. Nadie sabe lo que voy a hacer”, declaró, avivando la incertidumbre regional .

Trump reveló que Teherán intentó negociar con su administración, pero que ofrecimientos como rendición “incondicional” llegaron “demasiado tarde”. Además, señaló haber conversado con el primer ministro israelí, respaldando la estrategia de Israel contra objetivos nucleares iraníes, aunque sin comprometerse a una acción directa estadounidense.

Preparación militar en alerta:El secretario de Defensa, Pete Hegseth, asegura que las fuerzas armadas están “completamente preparadas” para acatar las órdenes del presidente, sin precisar si ya existen planes de ataque definidos.

 Entretanto, Washington ha ejecutado evacuaciones de sus ciudadanos en Israel, y ha reposicionado activos militares clave en la región.

Reacciones internacionales:Desde Irán, el líder supremo Alí Jameneí advirtió que cualquier agresión generaría “consecuencias irreparables”, mientras que aliados europeos han llamado al diálogo y a una desescalada inmediata, La escalada se produce en medio de intensos ataques mutuos entre Israel e Irán, en un escenario que continúa siendo altamente volátil.

Las declaraciones de Trump han sido interpretadas por analistas como una estrategia de disuasión, en la que busca mantener a Irán y a la comunidad internacional en un estado de incertidumbre. “Trump está jugando con el factor sorpresa como parte de su política de presión. No confirmar ni negar un ataque mantiene a sus adversarios en alerta constante”, explicó el experto en seguridad internacional Richard Goldman. No obstante, también han surgido críticas desde sectores demócratas y pacifistas, que advierten sobre el peligro de escalar un conflicto sin una política exterior clara.

Mientras tanto, en el escenario político estadounidense, la postura de Trump ha polarizado opiniones. Algunos sectores conservadores respaldan su firmeza como un mensaje de fortaleza frente al “régimen hostil” de Teherán, mientras que otros temen que esta retórica incremente el riesgo de una guerra innecesaria en plena campaña electoral. En el ámbito internacional, líderes europeos han instado a la moderación, recordando que una intervención militar en Irán podría desestabilizar aún más una región ya marcada por la guerra y la tensión diplomática.