Suplidores de alimentos escolares protestan frente al Congreso contra proyecto de ley que exige cocinas en las escuelas.
Santo Domingo.– Decenas de suplidores del almuerzo escolar se manifestaron este lunes frente al Congreso Nacional en rechazo al proyecto de Ley de Alimentación y Nutrición Escolar, que contempla que los alimentos destinados a los estudiantes sean cocinados directamente en los planteles educativos.
Vestidos de negro, con pancartas y al ritmo de consignas, los manifestantes, agrupados en la Federación de Suplidores de Alimentos y Afines, expresaron su rotundo desacuerdo con la pieza legislativa, aprobada en primera lectura en la Cámara de Diputados hace un mes. Alegan que la mayoría de las escuelas del país “no cuentan con las condiciones mínimas necesarias” para preparar alimentos de forma higiénica y nutritiva.
“El modelo actual garantiza calidad y seguridad alimentaria. Pretender cocinar en escuelas sin infraestructura es improvisar con la salud de nuestros niños”, expresó uno de los voceros de la federación.
La iniciativa legal, en su artículo 44, establece que el Ministerio de Educación debe procurar instalaciones físicas y operativas para que los alimentos se elaboren dentro de los centros educativos. Si la escuela no tiene cocina, se permite el uso de cocinas externas, siempre que se encuentren a menos de un kilómetro de distancia.

Para los pequeños empresarios del sector, esta disposición es inviable y representa una amenaza directa a su subsistencia. “Estamos hablando de más de diez años de trabajo que podrían desaparecer. Esta ley nos excluye y desconoce nuestra realidad como microempresarios”, denunciaron.
Una comisión de diputados, integrada por Rafael Castillo y Tailuma Calderón, recibió un documento con las demandas del gremio y se comprometió a evaluar sus inquietudes.
Sin embargo, los suplidores advierten que no se detendrán. “Si no se abre un espacio de diálogo real, seguiremos protestando. Esta lucha apenas comienza”, advirtieron.
El proyecto de ley busca, según sus proponentes, garantizar mayor control de calidad en los alimentos servidos en las escuelas y reducir los riesgos de contaminación. No obstante, los suplidores insisten en que una transformación de esta magnitud no puede hacerse sin una consulta amplia ni sin garantizar primero las condiciones en los planteles escolares.