Julio Martínez Pozo se retracta de criticar declaraciones de arzobispo De Santiago.
El comunicador Julio Martínez Pozo se retractó públicamente este jueves de los señalamientos que había hecho contra el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Héctor Rafael Rodríguez, en torno a las recientes declaraciones de la Iglesia sobre las repatriaciones de haitianos y la postura del Vaticano.
Durante su espacio “Los comentarios de Julio Martínez Pozo” en El Sol de la Mañana, el reconocido comunicador reconoció que su crítica del día anterior se basó en una crónica incompleta que no recogía de manera fiel el rechazo expresado por el arzobispo hacia la publicación de Vatican News, medio oficial del Vaticano, que cuestionó las políticas migratorias dominicanas.
“Estoy en deuda con el arzobispo de Santiago”, expresó Martínez Pozo. “Ayer me referí y critiqué sus declaraciones porque la reseña que leí no contenía sus críticas a Vatican News, sino que aparecían solo observaciones sobre las repatriaciones. Pero al leer la reseña del Listín Diario, descubrí que, en efecto, él expresó su rechazo contundente a ese contenido publicado por el medio del Vaticano”.
El comentarista añadió que su práctica habitual es basarse en documentos originales y no en reseñas periodísticas para realizar sus análisis, pero admitió que en esta ocasión se dejó llevar por una fuente incompleta. “Por eso, me disculpo. Me disculpo por lo que dije ayer, porque no había leído esta parte fundamental de sus declaraciones”, afirmó.
La retractación se da luego de días de tensión entre sectores de la Iglesia y voces del ámbito político y mediático tras la difusión de un artículo de Vatican News que criticaba la política de deportaciones de inmigrantes haitianos por parte del Gobierno dominicano. El rechazo del arzobispo Rodríguez a dicha publicación fue recibido como un posicionamiento firme de la Iglesia local en defensa de la soberanía nacional, lo cual inicialmente había sido puesto en duda por Martínez Pozo.
El gesto del comunicador ha sido interpretado por muchos como un acto de responsabilidad profesional y apertura al diálogo en medio de un tema tan sensible como el migratorio.



