Santo Domingo – El comunicador Euri Cabral destacó que el intercambio comercial entre República Dominicana y Haití ha experimentado un crecimiento significativo este año, a pesar de la situación de inseguridad y la presencia de bandas armadas en la frontera. Según datos de la Dirección General de Aduanas, el comercio con Haití ha aumentado casi un 30% en comparación con el año pasado, y se proyecta que para finales de 2025 supere los mil millones de dólares, recuperando los niveles previos a la pandemia.
Cabral explicó que, aunque la crisis y la violencia han generado preocupación entre sectores empresariales y la sociedad, el flujo comercial se mantiene firme porque ambos países se benefician. Los haitianos dependen en gran medida de los productos dominicanos, mientras que las bandas armadas que operan en Haití también se involucran en el transporte de mercancías, lo que evita que el comercio se detenga. Además, señaló que las principales rutas comerciales han cambiado, con Elías Piña consolidándose como el principal punto de entrada, desplazando a Jimaní debido a la inseguridad en algunas zonas fronterizas.
El economista hizo un llamado para que se continúen tomando medidas para mantener y fortalecer esta relación económica vital, a la vez que se enfrenta el reto migratorio y de seguridad en la frontera. “Nos beneficiamos los dominicanos, se benefician los haitianos, y es fundamental que se mantenga un equilibrio entre control y cooperación para asegurar el bienestar de ambos pueblos”, concluyó.
Cabral también recordó la importancia de mantener una visión equilibrada sobre la relación con Haití, resaltando que, aunque existen problemas graves de seguridad y migración, el comercio bilateral sigue siendo una vía esencial para la economía de ambos países. “No podemos permitir que la inseguridad detenga un intercambio que sostiene a muchas familias y genera empleos en ambas naciones”, afirmó.
Finalmente, el comunicador expresó su deseo de que las autoridades continúen trabajando en conjunto para fortalecer la frontera, mejorar la infraestructura y facilitar el comercio formal, lo que contribuirá a reducir el contrabando y potenciará el desarrollo regional. “Es un desafío complejo, pero con voluntad y cooperación se puede lograr un futuro más próspero para República Dominicana y Haití”, concluyó.



