Jarupa Valley, California – En medio de un creciente conflicto entre el presidente Donald Trump y el estado de California, una joven atleta transgénero de 16 años se ha convertido en el centro de un debate nacional sobre la inclusión en el deporte escolar.

La adolescente, originaria de Jarupa Valley, compitió recientemente en las finales estatales de atletismo, logrando el oro en salto de altura y salto triple dentro de la categoría femenil, pese a una oleada de críticas, amenazas en redes sociales y fuertes presiones políticas.

Estaba muy nerviosazo… pero lo hice”, dijo la joven, visiblemente emocionada tras recibir su medalla. “Ni la presión, ni los mensajes en mi contra, ni las amenazas me detuvieron.”

El presidente Trump, a través de su red Truth Social, acusó a la estudiante de ser “un hombre biológico compitiendo injustamente” y lanzó una advertencia al gobernador Gavin Newsom: de no revertir estas políticas, su futura administración impondría “multas a gran escala” al llamado “estado dorado”, en referencia a recortes multimillonarios de fondos federales.

La oficina del gobernador respondió de forma escueta, recordando que desde 2013 la ley de California garantiza que los estudiantes trans puedan participar en deportes escolares en función de su identidad de género. “Esta es una política de equidad, no de favoritismo”, afirmó un portavoz.

El Departamento de Justicia federal, por su parte, envió una carta a distritos escolares del estado instándoles a rechazar oficialmente los lineamientos de la Federación Interescolar de California (CIF), los cuales permiten a atletas trans competir en categorías que correspondan a su identidad de género. El documento advierte sobre posibles responsabilidades legales para las escuelas que sigan esas normativas.

Mientras tanto, la madre de la atleta expresó tanto orgullo como preocupación: “Sí, duele, porque pues es mi bebé… pero también yo sola me tengo que controlar. Que la acepten como es, eso es lo que pido.”

La CIF ha defendido sus lineamientos, incluyendo la posibilidad de empates en el primer lugar entre atletas trans y cisgénero, independientemente de pequeñas diferencias en puntaje, como parte de sus esfuerzos por fomentar la inclusión.

La historia de esta joven atleta ha tocado fibras sensibles en todo el país, convirtiéndose en símbolo tanto de los avances como de las tensiones que rodean los derechos de las personas transgénero en Estados Unidos.