Entre paredes agrietadas y techos a punto de un desplome, doña Alberta del Carmen sobrevive cada día con el temor de que su hogar se convierta en su tumba. Desde hace más de ocho años, su vivienda presenta un avanzado deterioro estructural, con múltiples reparaciones fallidas y un techo que amenaza con venirse abajo. “Eso lo hemos arreglado tres veces, y lo que se le pone vuelve y se cae”, cuenta con la voz quebrada. Con recursos limitados y una salud comprometida, la mujer hace un llamado desesperado al presidente Luis Abinader para que intervenga antes de que sea demasiado tarde. “No espere que me pase como a los que murieron en la tragedia del 8 de abril… ayúdeme”.

La situación se ha agravado con las recientes lluvias, que inundan su sala como si fuera una casa de yagua, dejando a doña Alberta sin descanso ni seguridad. “Cuando llueve, el agua cae como si estuviera afuera. Me inunda por el balcón, por el techo, por todos lados”, relata. Su temor se intensificó tras las muertes provocadas por el colapso en la discoteca capitalina, un evento que la marcó profundamente.

Aunque ha acudido al Plan Social y al ayuntamiento en busca de ayuda, solo ha recibido promesas y excusas. “Me mandaron de un lado a otro, pero nadie me resolvió”, asegura. Si usted desea colaborar para reconstruir el techo de esta vivienda y devolverle la paz a doña Alberta del Carmen, puede contactarla al 809-307-7373 o al 849-285-0101.

Recomendaciones y prevención

Para evitar el desplome de viviendas deterioradas, es fundamental realizar una evaluación estructural profesional. Ingenieros y arquitectos pueden identificar puntos débiles y grietas en las paredes o techos, recomendando las reparaciones necesarias como el refuerzo de cimientos y la sustitución de materiales deteriorados. Además, se deben reparar las filtraciones de agua que socavan la integridad de la estructura, especialmente en techos y paredes. El mantenimiento constante es clave, revisando regularmente la vivienda para detectar problemas antes de que se conviertan en riesgos mayores.

Asimismo, es importante que los propietarios busquen apoyo en programas gubernamentales o de ONGs que ofrezcan subsidios o ayudas para la reparación de viviendas en riesgo. En muchos casos, las autoridades locales pueden proporcionar recursos para estas personas en situación de vulnerabilidad. La intervención temprana, el apoyo institucional y la conciencia comunitaria sobre la seguridad habitacional pueden marcar la diferencia entre prevenir un colapso y enfrentar una tragedia.