Los Ángeles, California. – En un megaoperativo denominado “Operación Limpieza de Primavera”, las autoridades de California arrestaron a 267 presuntos depredadores sexuales de menores en cinco condados, y lograron rescatar a 27 niños que estaban siendo explotados sexualmente o en riesgo de serlo. La operación se desarrolló en dos fases: la primera consistió en trabajo encubierto a través de internet por parte de detectives especializados, y la segunda, en la ejecución de órdenes de arresto tras una intensa labor de investigación.
Uno de los arrestos más notorios fue el de José Henry Ayala, de 28 años, presunto miembro de una peligrosa agrupación criminal llamada “764”, acusado de chantajear a menores para que produjeran videos de pornografía infantil, incluyendo actos sexuales sádicos y sesiones de tortura. También se le señala de incitar a algunos menores al suicidio. Otro detenido, Saúl Alfaro, habría utilizado redes sociales para atraer a niños de apenas 12 años ofreciéndoles drogas y alcohol, con fines de abuso sexual. El fiscal del distrito de Los Ángeles indicó que los detenidos enfrentarán múltiples cargos y podrían ser condenados a largas penas de prisión. Aquellos que estén en situación migratoria irregular serán deportados tras cumplir sus condenas.
Un depredador sexual es una persona que comete actos de acoso, abuso o agresión sexual, especialmente contra víctimas vulnerables como menores de edad. Estos individuos suelen actuar de manera premeditada, manipulando o engañando a sus víctimas para lograr sus objetivos. En muchos casos, utilizan el internet, las redes sociales o espacios públicos para establecer contacto con sus víctimas, ganarse su confianza y luego cometer el delito.
Este término también se utiliza para describir a quienes reinciden en conductas sexuales delictivas, mostrando un patrón de comportamiento peligroso. Los depredadores sexuales pueden formar parte de redes organizadas o actuar de manera individual, y representan una amenaza significativa para la seguridad de niños, adolescentes y adultos vulnerables. Por eso, son objeto de especial seguimiento por parte de las autoridades y, en muchos países, están registrados oficialmente para prevenir futuras agresiones.



