El regidor del Distrito Nacional, Edson Herrera Silvestre, conocido como Yelleyea, se entregó voluntariamente a la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), según confirmaron fuentes de entero crédito a CDN. La decisión se produce tras la revelación de una acusación formal emitida en marzo pasado por una corte federal del distrito sur de la Florida, que vincula al regidor a una red de tráfico internacional de drogas.
La acusación federal señala al regidor Herrera, junto a otras dos personas, por supuesta participación en la distribución, importación y tráfico de cocaína hacia territorio estadounidense. La noticia ha generado conmoción en los sectores de la Circunscripción 1 del Distrito Nacional, donde fue electo para servir hasta el año 2028. Residentes del área han expresado sentimientos de sorpresa, decepción y desconfianza, señalando que este tipo de casos afectan negativamente la imagen del país y alimentan la inseguridad ciudadana.
El Partido Revolucionario Moderno (PRM), bajo cuya boleta fue electo el concejal, emitió un comunicado en abril en el que indicó que se evaluaba la expulsión del regidor. Por su parte, la Alcaldía del Distrito Nacional se desligó del caso mediante un comunicado institucional, dejando claro que la situación judicial de Herrera es de carácter personal.
En medio del escándalo, el regidor Yelleyea cerró sus redes sociales, aunque algunas de sus publicaciones previas mostraban su trabajo comunitario y político. Su caso se suma a una creciente lista de funcionarios dominicanos vinculados a investigaciones por narcotráfico, alimentando el debate público sobre la filtración del crimen organizado en la política nacional. Las autoridades dominicanas aún no han ofrecido una postura oficial sobre su entrega y las implicaciones legales que podrían derivarse en el país.
El narcotráfico es la producción, distribución y comercialización ilegal de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, como la cocaína, marihuana, heroína, metanfetaminas, entre otras. Este fenómeno criminal opera a nivel nacional e internacional, controlado por redes organizadas que generan grandes ganancias económicas mediante actividades ilícitas, a menudo asociadas con violencia, corrupción y lavado de dinero. Los cárteles o grupos delictivos que controlan el narcotráfico suelen tener una estructura jerárquica y operan en múltiples países, aprovechando debilidades institucionales y rutas estratégicas para mover droga desde los países productores hasta los consumidores.
El impacto del narcotráfico es profundo y multifacético: afecta la seguridad, la economía, la salud pública y la estabilidad política de muchas naciones. En comunidades vulnerables, puede fomentar ciclos de violencia, pobreza y criminalidad, mientras que en las altas esferas puede infiltrar gobiernos, cuerpos policiales y sistemas judiciales a través de la corrupción. A nivel global, ha impulsado políticas de combate como la “guerra contra las drogas”, con resultados debatidos. Si bien se han logrado decomisos y detenciones, el narcotráfico sigue siendo una de las amenazas más persistentes y complejas del crimen organizado internacional.



