Santo Domingo.– El comunicador Manuel Cruz calificó este lunes como el “mayor atraco a mano armada” el uso de los fondos de pensiones por parte del Estado dominicano, acusando a la clase política y empresarial de haber secuestrado la Ley de Seguridad Social durante los últimos 24 años.

En un encendido comentario, Cruz denunció que la Ley 87-01 ha sido transformada en un mecanismo de enriquecimiento para una élite financiera, integrada por bancos, aseguradoras y fondos de inversión, los cuales según dijo–se han beneficiado multimillonariamente sin aportar un centavo de inversión. “Con nuestro dinero, con nuestro sudor, se ha desarrollado este país y ellos se han hecho ricos”, expresó.

El comunicador también criticó duramente que se “preste al Estado” el dinero de los trabajadores cotizantes y que luego ese mismo Estado, financiado por los impuestos de toda la población –incluyendo los informales–, tenga que pagar intereses por esos préstamos. “Usted no me puede prestar mi propio dinero y luego cobrarme intereses por él. Eso es un robo vulgar”, enfatizó.

Además, Cruz denunció que el sistema está diseñado para dificultar el acceso a los fondos de pensiones, permitiendo su entrega solo cuando el trabajador está gravemente enfermo o desahuciado. “Lo único que garantizan es darte tu dinero cuando ya no sirves ni para abono. Entonces te lo entregan para que compres café, azúcar… y te mueras”, lamentó.

Finalmente, advirtió que todos los gobiernos han sido cómplices de mantener este sistema: “Ni Leonel, ni Danilo, ni Luis, ni Hipólito han sido capaces de reformarlo. Todos han sido garantes de este atraco”. Este sistema no solo es injusto, es perverso en su diseño. Porque mientras el pueblo trabaja, enferma y envejece sin garantías reales, un puñado de entidades privadas multiplica sus riquezas sin arriesgar nada.

No puede llamarse “seguridad social” a un modelo que lucra con la necesidad, que posterga el derecho y que convierte en mercancía la salud y la vejez. Lo verdaderamente revolucionario sería que los dominicanos pudieran usar sus propios fondos para mejorar sus vidas, no para enriquecer a quienes ya tienen el poder económico y político en sus manos.