Gaza.La Franja de Gaza volvió a teñirse de sangre este miércoles tras una nueva oleada de bombardeos israelíes que, según autoridades sanitarias locales, dejaron al menos 70 muertos, entre ellos más de 20 niños, mujeres embarazadas, ancianos y personas con discapacidad. Los ataques provocaron escenas de devastación y dolor en distintas zonas densamente pobladas.

Testigos presenciales relataron los momentos de horror vividos tras los bombardeos. Hadi Moqbel, uno de los sobrevivientes, describió la escena: Vimos partes de cuerpos en el suelo, niños muertos… una mujer y un bebé, su cabeza explotó, tenía apenas dos meses”. Su testimonio refleja la brutalidad del impacto en zonas residenciales.

Otro testigo, Hatem Saleh, expresó con desesperación: Un niño de un mes, ¿qué culpa tiene de morir en un ataque? Una mujer embarazada, una anciana que vivía conectada a oxígeno… la vimos salir volando, la bombona le cayó en la cabeza. Que descanse en paz, fue una mártir”.

Imágenes tomadas en el lugar muestran escombros, cuerpos entre ruinas y personas buscando a sus familiares con las manos desnudas, sin ayuda inmediata ni medios suficientes para atender a los heridos. Una silla de ruedas vacía y destrozada simbolizaba la tragedia de una persona discapacitada que no logró escapar del impacto. “¿Qué culpa tenían? Eran gente sencilla… ya no quedan hombres, ni mujeres, ni seres humanos. ¿Qué esperan, matarnos a todos?”, lamentó otro residente.

Los ataques ocurren en un contexto de escalada militar prolongada, donde el número de víctimas civiles sigue aumentando sin un respiro. Mientras tanto, la comunidad internacional permanece dividida, y los llamados al cese del fuego no logran frenar el avance del conflicto.

Entre el polvo, el llanto y el olor a muerte, los supervivientes gritan al cielo por justicia, mientras repiten con resignación: Dios nos basta y nos sobra. Nadie nos mira.”