Pese a que el dólar ha mostrado una baja sostenida en su cotización situándose actualmente en 58.70 para la compra y 59.30 para la venta esta reducción no se ha traducido en una disminución del precio de los productos de primera necesidad. Por el contrario, muchos de ellos han registrado aumentos que afectan directamente a los sectores más vulnerables del país.

En mercados como el de la avenida Duarte, en el Distrito Nacional, la libra de carne de res se comercializa hasta en 200 pesos, mientras que el arroz se vende desde 35 pesos en adelante. Las habichuelas han alcanzado precios de entre 70 y 80 pesos por libra, lo que representa un desafío diario para las familias de escasos recursos. “Tengo días viniendo a vender para llevar el sustento a mi familia, pero la situación está difícil”, expresó una comerciante del lugar.

Aunque algunos comerciantes aseguran que los precios están relativamente estables, lo cierto es que pocos productos han bajado. Uno de los únicos casos es el aceite de soya, cuyo galón ha disminuido alrededor de 50 pesos, vendiéndose actualmente en unos 600 pesos. Productos como los plátanos verdes se mantienen entre 25 y 30 pesos la unidad, reflejando que la reducción del dólar aún no alivia el bolsillo del consumidor.

A esta situación se suma la incertidumbre de muchos comerciantes, quienes aseguran que los altos costos de transporte, los intermediarios y las condiciones del mercado interno impiden que la baja del dólar impacte de inmediato en los precios. “Aunque el dólar baje, los suplidores no ajustan sus precios tan rápido, y eso nos obliga a seguir vendiendo caro”, explicó un vendedor del mercado nuevo.

Mientras tanto, organizaciones de consumidores y economistas han reiterado la necesidad de que las autoridades supervisen y regulen los márgenes de ganancia en la cadena de distribución, para evitar abusos y garantizar que las reducciones en el tipo de cambio beneficien directamente a la población. La presión sigue creciendo en los sectores populares, donde cada alza representa un golpe directo a su ya limitada capacidad adquisitiva.