Pensacola, Florida — Lo que comenzó como una tarde común en la playa terminó convirtiéndose en una escena de película, cuando un pescador aficionado salvó la vida de una adolescente que estaba siendo arrastrada por una fuerte corriente de resaca… usando un dron.

El hecho ocurrió el pasado 15 de mayo en la playa de Pensacola, al noroeste de Florida. Andrew Smith, pescador recreativo conocido por usar drones para lanzar carnadas en su búsqueda de tiburones, acababa de llegar a la playa tras salir del trabajo cuando fue abordado por una joven desesperada.

“Una chica vino corriendo, gritando que su amiga estaba siendo llevada mar adentro y que nadie sabía nadar. Yo tampoco puedo, por mi condición médica”, contó Smith a la cadena CBS12. Smith vive con un trastorno convulsivo que le impide lanzarse al agua.

Consciente del peligro y sin poder ingresar al mar, la mirada del pescador se posó sobre su dron en la arena. En cuestión de segundos, improvisó un rescate: ató un salvavidas ligero al dron y lo hizo volar hacia la joven que, a más de 100 metros de la orilla, luchaba por mantenerse a flote.

El primer intento falló. “Lo solté demasiado pronto. Hacía mucho viento. Estaba temblando, fue estresante… casi lloro”, recordó el pescador. Pero un testigo en la playa le facilitó otro flotador, y Smith lo intentó de nuevo, esta vez con mayor precisión.

El dron descendió con cuidado, maniobrando contra el viento. “Vi que estiraba el brazo y supe que era el momento”, dijo. Cuando soltó el salvavidas, la joven logró sujetarse de él. Minutos después, los servicios de emergencia llegaron a la escena y terminaron de asistirla.

Uno de los socorristas fue directo con Smith: “Si ese segundo intento no funcionaba, ella no lo habría logrado”.

Las imágenes del rescate comenzaron a circular por redes sociales y noticieros locales, generando aplausos y preguntas sobre el uso de drones como herramientas de emergencia en playas. Según expertos, esta experiencia podría inspirar programas piloto en otras zonas costeras.

“La tecnología está ahí. Solo falta la voluntad de aplicarla de forma inteligente”, opinó un paramédico local. Gracias a su rápida acción y creatividad, Andrew Smith logró lo que parecía imposible: evitar una tragedia sin mojarse siquiera los pies.