En medio del horror de la guerra en Ucrania, surge un refugio de alegría y tranquilidad: un café donde los anfitriones son cerditos miniatura. Este innovador local fue creado por una pareja que regresó a su país tras vivir como refugiados en Francia, inspirados por el poder terapéutico de los animales.
Los dueños explican que su objetivo es ofrecer un espacio donde los clientes puedan encontrar un poco de felicidad y olvidar, aunque sea por un momento, el conflicto con Rusia. “Al acariciar y jugar con estos animalitos, la gente se siente mejor y encuentra un respiro en medio de la tensión”, comentaron.
Sin embargo, aclararon que hay una regla fundamental para todos los visitantes: “Siempre y cuando me los traten bien, estamos de acuerdo”, enfatizaron, buscando asegurar el bienestar de los cerditos miniatura.
Este café se ha convertido en un símbolo de esperanza y resiliencia, demostrando cómo pequeños gestos y la compañía de los animales pueden brindar consuelo en tiempos difíciles.
Los cerditos miniatura, conocidos por su naturaleza cariñosa y juguetona, interactúan libremente con los visitantes, quienes disfrutan no solo de bebidas y bocados, sino también de la oportunidad de relajarse y conectar con estos simpáticos animales.
La pareja fundadora afirma que la idea surgió durante su estancia en Francia, donde observaron cafés similares con animales terapéuticos que ayudaban a mejorar el ánimo de las personas, especialmente en tiempos de estrés o trauma.
Además, el café cumple con estrictas normas de bienestar animal para garantizar que los cerditos estén siempre cuidados y felices, reforzando el mensaje de respeto y amor hacia todas las criaturas.
Por último, este espacio no solo busca ser un escape momentáneo para sus clientes, sino también un ejemplo de cómo la empatía y el cuidado pueden florecer incluso en medio de la adversidad y el conflicto.



