El secretario de Defensa, Pete Hegseth, se encuentra en el centro de una creciente controversia tras revelarse que habría compartido información clasificada sobre operaciones militares en un chat privado de Signal con su esposa, su hermano y su abogado, según reportó The New York Times. La Casa Blanca salió rápidamente en su defensa, calificando las acusaciones como una “campaña de desinformación alimentada por empleados descontentos”. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar, incluso desde el propio Partido Republicano, que alertó sobre los riesgos de seguridad nacional, especialmente ante posibles ciberespionajes por parte de potencias extranjeras.
La polémica se intensificó luego de que The Atlantic filtrara mensajes de otro grupo de Signal en el que altos funcionarios discutían planes de ataque contra los hutíes. El editor jefe de la revista, Jeffrey Goldberg, habría accedido accidentalmente a dichos mensajes tras ser agregado por error.
Aunque el gobierno de Donald Trump admitió la autenticidad de los mensajes, insistió en que no contenían información clasificada, versión cuestionada por expertos en seguridad. Además, varios asesores del Pentágono fueron despedidos por supuestamente filtrar detalles a la prensa, pero denuncian no haber sido investigados formalmente. Mientras tanto, el Departamento de Justicia evalúa abrir una investigación formal sobre el manejo de información confidencial por parte del alto funcionario.



