Donald Trump abrió un nuevo frente de confrontación con las principales universidades de Estados Unidos al amenazar con retirar fondos federales a aquellas que mantengan políticas de diversidad, equidad e inclusión, así como programas que fomenten el activismo estudiantil en sus campus.
Rosendo Tavárez Villalobos, en su comentario en “El Gobierno de la Mañana”, explicó que universidades como Harvard, Columbia, Princeton, Brown, Cornell y Penn State han sido advertidas por la Casa Blanca de que perderán millonarios contratos de investigación y fondos si no eliminan dichas políticas.
El detonante fue una ola de protestas en los campus universitarios tras el conflicto entre Israel y Palestina. Algunas manifestaciones, según la administración Trump, sobrepasaron los límites del activismo, incluyendo actos de acoso a estudiantes judíos y exaltación de grupos terroristas, lo que llevó al gobierno a tomar medidas drásticas.
Columbia cedió ante las presiones y su presidenta incluso renunció. Harvard, en cambio, se negó a cumplir con las exigencias. “La universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, declaró su rector Alan Garber. Como represalia, el gobierno suspendió 2,200 millones de dólares en fondos federales dirigidos a esa institución.
Harvard respondió que esta acción pone en riesgo no solo sus investigaciones, sino la salud, la seguridad económica y la estabilidad del país, dado que muchas políticas públicas nacen de los estudios desarrollados en estos centros académicos.
Esta situación podría desencadenar una ola de rechazo desde otras universidades, ante lo que muchos consideran un intento de injerencia sin precedentes sobre la autonomía académica en EE.UU.



