Richard Marín abordó en un panel radial ¿qué tan saludable es realmente la habichuela con dulce? Aunque se trata de una joya culinaria que forma parte esencial de la cultura dominicana, su valor nutricional merece ser analizado con lupa.
Según Marín, la habichuela con dulce, aunque deliciosa y cargada de tradición, no es un alimento inocente desde el punto de vista calórico. “Una taza de 250 ml puede aportar hasta 500 calorías, casi una cuarta parte de lo que una persona promedio necesita en todo un día”, advirtió el especialista. A pesar de esto, insistió en que el problema no es el postre en sí, sino la cantidad que se consume: “Lo ideal sería servirlo en porciones pequeñas, como un café, pero culturalmente eso no se acepta”.
El especialista detalló que muchos de los ingredientes como la leche con lactosa, el azúcar, las pasas y las galletitas— aumentan significativamente la carga calórica. No obstante, aseguró que es posible reducir su impacto utilizando edulcorantes como la estevia, lo cual puede disminuir las calorías de 500 a unas 280 por taza.
A nivel cultural, el plato se vincula profundamente con la Semana Santa, en un fenómeno similar al consumo de “pumpkin pie” en Estados Unidos durante el Día de Acción de Gracias. “Es una tradición de temporada que no debe perderse”, apuntó Marín, aunque recomendó no verla como un sustituto de comida regular ni consumirla en exceso.
El debate se extendió a los riesgos del azúcar, al que el doctor calificó como “el asesino más letal del siglo XXI”, por su vínculo directo con condiciones como el hígado graso no alcohólico y enfermedades metabólicas. En contraste, señaló que la sal, aunque también debe moderarse, es un componente esencial del organismo.
Marín también advirtió sobre los llamados “carbohidratos ocultos”, presentes en alimentos como la leche, y explicó que incluso productos percibidos como saludables como la miel o el casabe pueden elevar el índice glicémico si se consumen sin moderación.



