California, EE.UU. — Un equipo científico de las universidades de California en Berkeley y San Francisco ha dado un paso revolucionario en la neurociencia aplicada: ha desarrollado un dispositivo capaz de traducir la actividad cerebral relacionada con el habla en palabras audibles en casi tiempo real. Gracias a este avance, una mujer de 47 años con tetraplejia ha vuelto a “hablar” después de casi dos décadas de silencio.
El caso, publicado en la prestigiosa revista Nature Neuroscience, marca un hito en el desarrollo de neuroprótesis del habla. El nuevo sistema resuelve uno de los desafíos más antiguos en esta área: la latencia, es decir, el desfase entre el intento de hablar y la producción efectiva del sonido. Utilizando inteligencia artificial, los investigadores han logrado una transmisión casi sincrónica entre pensamiento y voz, similar a la fluidez de asistentes virtuales como Siri o Alexa.
“Nuestro planteamiento de streaming lleva la misma capacidad de decodificación rápida del habla de dispositivos inteligentes a las neuroprótesis”, explica Gopala Anumanchipalli, co-investigador principal del estudio. “Descubrimos que podíamos decodificar datos neuronales y, por primera vez, hacer posible una transmisión de voz casi simultánea. El resultado es una síntesis del habla mucho más natural y fluida”.
El dispositivo funciona a través de una interfaz cerebro-ordenador que interpreta las señales neuronales del área del cerebro dedicada al lenguaje. Estas señales se convierten en palabras audibles por medio de un algoritmo avanzado de IA entrenado con datos personalizados de la paciente.
Edward Chang, neurocirujano y coautor del proyecto, subraya el impacto humano del hallazgo: “Esta tecnología tiene el potencial de transformar la vida de millones de personas con discapacidades severas del habla. Es emocionante ver cómo los avances en inteligencia artificial están acercando estas herramientas del laboratorio al mundo real”.
Para la mujer que recuperó su voz —aunque ahora a través de una interfaz tecnológica— el momento fue profundamente emotivo. Después de 18 años sin poder comunicarse verbalmente, escuchó sus propias palabras transformadas en voz digital por un sistema que, en esencia, le devolvió algo más que la capacidad de hablar: le devolvió la posibilidad de ser escuchada.



