El comunicador Manuel Cruz arremetió contra la ministra Faride Raful tras unas declaraciones en las que la funcionaria supuestamente promovía la Semana Santa como un tiempo para la “reconciliación espiritual”, mensaje que, según Cruz, se aleja del carácter laico del Estado dominicano.

Durante su intervención en un espacio televisivo, Cruz fue enfático:“Usted ni nadie tiene derecho de imponer religión, a menos que seamos musulmanes”, expresó con tono irónico y crítico, al referirse a las declaraciones de la ministra.

Cruz consideró como un “abuso de poder” y una “afrenta al pueblo dominicano” el hecho de que una funcionaria pública sugiera el enfoque religioso de una festividad nacional desde su rol dentro del Gobierno.“El Estado dominicano no tiene que imponerle religión ni reflexión a nadie. El que quiera ser católico, cristiano, musulmán o lo que quiera, que lo sea, pero eso no le corresponde al Estado”, dijo.

Para reforzar sus argumentos, el comunicador presentó un video de la propia ministra en el que, tiempo atrás, afirmaba que la responsabilidad de la formación espiritual y educativa recae en la familia, y no en el Estado.

Citando el artículo 63 de la Constitución, la ministra habría subrayado:“La familia es la responsable de la educación de sus integrantes. Eso le quita al Estado el peso de adoctrinar espiritualmente a sus ciudadanos. Además, la República Dominicana es un Estado laico, donde deben coexistir todas las religiones con respeto y sin imposiciones.”

Más adelante, el comunicador cuestionó la aparente contradicción entre lo que decía Raful en el video compartido y su más reciente postura:“Usted misma decía que eso está relegado a la familia, entonces no puede salir ahora a decir que la Semana Santa está ‘diseñada’ para la reconciliación espiritual. Esa reconciliación me la busco yo, no el Estado. ¿O ahora somos musulmanes y estamos obligados a tener religión?”, ironizó Cruz.

La crítica se da en un contexto en el que diversos sectores sociales han reiterado la importancia de mantener la neutralidad del Estado en temas religiosos, sobre todo en fechas nacionales que, aunque vinculadas culturalmente a la fe, también se viven como espacios de descanso, lectura, reunión familiar o recreación, según la preferencia de cada ciudadano.