En el majestuoso Lago de Atitlán, en Guatemala, dicen que habita una criatura mitológica que ha capturado la imaginación de los pobladores locales durante generaciones: la Gran Serpiente Marina, conocida como el “Guardián del Lago”. Según las leyendas transmitidas a lo largo de los años, esta serpiente gigante resguarda los misteriosos tesoros que se encuentran en las profundidades del lago. Descrita por algunos como un enorme pez con cabello y dientes, similar a una anaconda, y por otros como un dragón con manos, la figura de la serpiente ha generado múltiples relatos que aseguran su existencia en las aguas de este impresionante lago.
El Lago, rodeado por tres majestuosos volcanes y una cadena montañosa, es considerado uno de los lagos más hermosos del mundo, pero también uno de los más misteriosos. Varios habitantes de los 12 pueblos que rodean el lago afirman haber tenido encuentros con la serpiente gigante, describiendo su gran tamaño y poder. “Vi una serpiente enorme con cabello, solo pude ver su hocico y la lengua, cuando me vio, salió de la roca y se adentró al agua”, relata uno de los testigos. Los pobladores aseguran que la calma del lago por la mañana cambia por la tarde, cuando se generan olas y movimientos extraños en el agua, lo que, según ellos, es señal de que la serpiente ha despertado.
Para los habitantes de la cuenca del Lago de Atitlán, la serpiente no es solo una leyenda, sino una realidad viva que protege su territorio. Flora, una escritora local, asegura que sus antepasados le contaron sobre encuentros con el misterioso ser, y su abuelo y padre vivieron experiencias cercanas a la serpiente, incluso observando su cabellera dorada. Gaspar, un pescador retirado, también tiene su propia historia, donde describe haber visto la serpiente con una longitud de entre 60 y 75 pies. Aunque no hay pruebas concretas que respalden estas historias, la creencia en la serpiente gigante es firme entre los pobladores.
La civilización maya, estrechamente vinculada con la figura de la serpiente, adoraba a seres como Quetzalcóatl o Kukulkán, lo que ha llevado a algunos a teorizar que la Gran Serpiente Marina del Lago de Atitlán podría ser una continuación de estas antiguas tradiciones espirituales. Aunque el misterio persiste, la leyenda de la serpiente continúa siendo una parte fundamental de la cultura local, con sus relatos transmitidos de generación en generación.