En un nuevo episodio de tensión en la ya prolongada guerra comercial entre China y Estados Unidos, el gobierno del gigante asiático negó este lunes que existan negociaciones activas con la administración de Donald Trump para alcanzar un acuerdo que alivie el conflicto arancelario entre ambas potencias. La declaración contradice directamente lo afirmado por el mandatario estadounidense, quien aseguró que “todo está en marcha” y que se avanza hacia un “trato justo” con China.

“Es una cobardía que ahora diga que busca reducir la guerra comercial”, señalaron desde Pekín, en alusión a la aparente disposición de Trump de rebajar los aranceles que él mismo impuso recientemente —de hasta un 145%— sobre productos chinos. El Ministerio de Comercio chino fue enfático al afirmar que no hay diálogos oficiales en curso, lo que echa por tierra los comentarios del presidente estadounidense, quien apenas un día antes afirmó ante la prensa que las negociaciones estaban “activas”.

Las reacciones no se hicieron esperar. Las bolsas, que habían mostrado señales de recuperación, sufrieron retrocesos tras el anuncio de China, debido a la incertidumbre que vuelve a apoderarse del mercado global. Además, 12 estados liderados por fiscales generales demócratas presentaron una demanda contra el gobierno de Trump, alegando que el presidente ha excedido sus poderes constitucionales al imponer unilateralmente los aranceles, lo cual —según argumentan— está causando inflación, pérdidas de empleo y daño a sectores clave de la economía estadounidense.

En otro frente, analistas financieros celebraron que Trump haya descartado —por ahora— la destitución del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, a quien calificó recientemente como “inepto”. La estabilidad de la Fed es considerada crucial en medio de la volatilidad comercial actual.

Por su parte, el empresario Elon Musk anunció que reducirá su presencia en Washington para centrarse en Tesla, tras las recientes pérdidas sufridas por la compañía.

Como nota final, desde la Casa Blanca se dio a conocer que el gobierno está considerando un incentivo económico de hasta 5,000 dólares por nacimiento, dirigido a madres estadounidenses casadas. Aunque la propuesta no ha sido enviada aún al Congreso, Trump la calificó como una “gran idea” para fomentar la natalidad. Sin embargo, expertos advierten que su implementación tendría un alto costo fiscal: en 2023, una medida similar habría costado casi 18 mil millones de dólares.