Las autoridades de Kenia arrestaron a cuatro personas, entre ellos dos ciudadanos belgas, un vietnamita y un keniano, por tráfico ilegal de fauna silvestre. Los sospechosos fueron descubiertos el pasado 5 de abril en una residencia en el condado de Nakuru con más de 2,200 tubos de ensayo que contenían miles de hormigas vivas, algunas de la especie Messor cephalotes, una hormiga recolectora nativa de África Oriental, muy buscada en los mercados de mascotas exóticas de Europa y Asia.
Los detenidos, identificados como Lornoy David, Seppe Lodewijckx y otros dos cómplices, comparecieron recientemente ante un juez en Nairobi, donde se declararon culpables del delito. Durante la audiencia, alegaron que recolectaban los insectos por diversión y desconocían que la actividad era ilegal. Sin embargo, el Servicio de Vida Silvestre de Kenia confirmó que los implicados formaban parte de una red de contrabando que intentaba enviar las hormigas fuera del país de forma clandestina.
Según las autoridades, este tipo de tráfico representa una amenaza directa para la biodiversidad local y pone en riesgo los ecosistemas, además de afectar la investigación científica y los beneficios económicos que la conservación podría aportar a las comunidades locales. La agencia enfatizó que Kenia tomará medidas severas contra quienes violen las leyes de conservación.



