El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, viajará este viernes a Roma para asistir a las exequias del papa Francisco, quien falleció el pasado lunes. Abinader estará acompañado por la primera dama, Raquel Arbaje, y una reducida comitiva oficial, tal como lo establece el protocolo del Vaticano que permite un máximo de cinco representantes por país.

El funeral de Estado se llevará a cabo el sábado 26 de abril, a las 10:00 de la mañana (hora de Roma), en la Plaza San Pedro, donde ya reposan los restos del pontífice para que los fieles puedan rendirle tributo. El cuerpo fue trasladado en la mañana de este miércoles desde la residencia papal en la Casa Santa Marta, tras una ceremonia privada de bendición presidida por el camarlengo de la Santa Sede.

Abinader y su delegación regresarán al país el domingo, luego de participar en los actos fúnebres. Esta visita representa un acto de respeto y reconocimiento a la figura del papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, recordado por su cercanía con la gente, su impulso por una Iglesia más humilde y su lucha constante por causas sociales, medioambientales y humanitarias.

Víctor Suárez, embajador dominicano ante la Santa Sede, será el encargado de recibir al mandatario a su llegada a Roma. En un artículo publicado hoy en el Listín Diario, Suárez destacó el legado de Francisco, haciendo énfasis en su fervor ecológico, su devoción mariana y su firme deseo de una Iglesia renovada y comprometida con los más necesitados.

Se espera que más de 70 jefes de Estado y líderes internacionales asistan a la ceremonia, en medio de un riguroso protocolo ceremonial que refleja la magnitud del evento. Entre los temas de conversación en torno al Vaticano se encuentra también la inminente convocatoria del cónclave que elegirá al sucesor de Francisco. Aunque hay múltiples nombres en circulación, aún no hay consenso sobre quién será el próximo pontífice, ni si la Iglesia continuará por una línea reformista o regresará a una postura más conservadora.

La muerte del papa Francisco ha generado una oleada de reacciones a nivel global, incluyendo un mensaje de condolencia enviado recientemente por el Vaticano a la República Dominicana por la tragedia del 8 de abril. Con su partida, se cierra un capítulo trascendental en la historia contemporánea de la Iglesia Católica.