En un contexto de creciente violencia escolar, padres y docentes en República Dominicana alzan su voz para exigir más seguridad en los centros educativos, donde la violencia y el uso de sustancias controladas han ido en aumento. Recientemente, en el Liceo Francisco Ulises Espat, en Santiago de los Caballeros, se encontró un arsenal de armas blancas, dispositivos de vapeo y hasta sustancias controladas, lo que ha encendido alarmas sobre la creciente inseguridad que enfrentan los estudiantes.
El problema no es aislado: los casos de violencia entre estudiantes, como peleas, amenazas y confrontaciones con profesores, se han multiplicado en varias escuelas del país. La falta de control y las luchas entre pandillas han hecho que muchos centros educativos se conviertan en escenarios de constante peligro. A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades, como el Ministerio de Educación y la Policía Escolar, los recursos y la presencia de seguridad siguen siendo insuficientes.
Según expertos y miembros de la comunidad educativa, es urgente mejorar la seguridad en las escuelas con tecnología moderna como detectores de metales, cámaras de vigilancia y sistemas automatizados de control de asistencia. Además, insisten en que se debe fortalecer la colaboración entre las familias, las autoridades y los docentes para lograr un entorno escolar más seguro y libre de violencia. Sin cambios significativos, advierten, los riesgos seguirán creciendo, afectando la educación y el bienestar de los estudiantes.
Este llamado a la acción no solo busca proteger a los estudiantes, sino también garantizar que los docentes puedan ejercer su labor en un ambiente libre de amenazas y peligros.



