Texas enfrenta una grave situación de salud pública debido a un brote de sarampión que ha infectado a más de 259 personas, lo que ha generado una alerta sanitaria en el estado. Las autoridades han activado un protocolo de emergencia para contener la propagación de la enfermedad y han instado a la población a completar su esquema de vacunación.

El Departamento de Salud de Texas informó que los casos en el condado de Gaines, epicentro del brote, aumentaron de 156 a 174, mientras que las hospitalizaciones por esta enfermedad incrementaron de 29 a 34. Los expertos advierten que la propagación del virus está estrechamente relacionada con la falta de vacunación en la población, lo que representa un riesgo significativo para la salud pública.

Lamentablemente, en febrero se registró la muerte de un niño no vacunado y sin condiciones de salud subyacentes debido al sarampión. Esta es la primera muerte en Estados Unidos por esta enfermedad desde 2015. Además, las autoridades investigan el caso de un adulto no vacunado que falleció en Nuevo México, cuya causa de muerte podría estar relacionada con el brote.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han reiterado que la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) es la herramienta más eficaz para prevenir la enfermedad. A pesar de los esfuerzos de salud pública, la persistencia de casos demuestra que la erradicación del sarampión sigue siendo un desafío en el país.

Las autoridades sanitarias continúan monitoreando la situación y han reforzado las campañas de concienciación sobre la importancia de la vacunación para prevenir nuevos contagios y proteger a la comunidad.