Tal como lo había prometido, el presidente Luis Abinader anunció este sábado un plan de austeridad en el Poder Ejecutivo, con medidas dirigidas a reducir el gasto público y optimizar los recursos del Estado. Este decreto llega en un contexto en el que el gobierno busca fortalecer la estabilidad económica tras el colapso del proyecto de reforma tributaria.
El decreto presidencial establece restricciones significativas, como la prohibición de la compra de vehículos de motor para entidades gubernamentales, la limitación de viajes al exterior, la reducción de inversiones en publicidad, fiestas, donaciones y remodelaciones no esenciales. Con estos recortes, el gobierno reafirma su compromiso de impulsar una administración pública eficiente y racional.
Sin embargo, algunos sectores consideran que, más allá del ahorro, el gobierno debe encontrar mecanismos para aumentar las recaudaciones. La necesidad de una reforma fiscal sigue presente en el debate nacional, ya que el país no puede detener su desarrollo económico.
“Se evitó la reforma fiscal, pero el país no se puede parar. Vamos a sentarnos en una mesa y ponernos de acuerdo”, han expresado diversas voces del ámbito económico y empresarial. Desde el sector industrial, se ha manifestado disposición para el diálogo, con el objetivo de encontrar soluciones conjuntas.
“Estamos esperando un espacio donde podamos conversar de manera transversal sobre iniciativas y compartir nuestras preocupaciones”, señalaron representantes del sector privado, quienes ven con buenos ojos el sacrificio gubernamental pero reconocen la urgencia de mejorar los niveles de recaudación.
Este plan de austeridad marca un paso clave en la gestión de Abinader para enfrentar los desafíos económicos del país, mientras se abre la puerta a posibles negociaciones sobre una futura reforma fiscal.