El presidente colombiano, Gustavo Petro, presentó este lunes un ambicioso plan para la recuperación del Catatumbo, una región fronteriza con Venezuela que ha sido azotada por la violencia y el narcotráfico. El plan incluye la erradicación de 25.000 hectáreas de cultivos de coca, lo que representa casi la mitad de los cultivos ilícitos de la región, en un esfuerzo por reducir la violencia y el narcotráfico en la zona.
En un consejo de ministros transmitido a nivel nacional, Petro explicó que el objetivo es erradicar el 50% de los 55.000 hectáreas de coca sembradas en Catatumbo, aprovechando los 90 días de los decretos de conmoción interior que se expidieron en enero para enfrentar los enfrentamientos violentos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, que han dejado al menos 71 muertos y 55.000 desplazados. Los decretos de conmoción interior, que pueden ser prorrogados por otros 90 días, otorgan un marco legal para actuar en la zona en un contexto de grave conflicto.
Petro detalló que, para alcanzar este objetivo, no se utilizarán los tradicionales métodos de fumigación de cultivos, los cuales están prohibidos por la Constitución, y que no se buscará enfrentar al campesinado del Catatumbo, sino establecer una alianza para el progreso de la región. El presidente propuso un programa de “pagos por erradicación voluntaria de cultivos”, donde los campesinos recibirán compensación por arrancar las matas de coca de raíz, garantizando que no vuelvan a crecer.
Este programa estará acompañado de una estrategia de titulación de tierras para los campesinos que erradiquen los cultivos, lo que les permitirá tener acceso a la propiedad de las tierras que antes eran utilizadas para el narcotráfico. Según Petro, este enfoque contrarrestará los esfuerzos del ELN por desplazar a las comunidades locales para tomar sus tierras y dedicarlas a la producción de coca.
El presidente afirmó que, una vez alcanzados estos objetivos, la región del Catatumbo podrá dedicar sus esfuerzos a la producción agroalimentaria y forestal, en lugar de al narcotráfico, lo que contribuirá a la paz y el desarrollo económico de la zona. Este plan marca un paso importante en la lucha contra las organizaciones criminales y la violencia en una de las regiones más afectadas de Colombia.



