El país vive un momento crucial para la aprobación del nuevo Código Penal, con la posibilidad de dotar a la sociedad de una herramienta legal moderna para abordar delitos que afectan la cotidianidad de los dominicanos. El mensaje fue claro y directo, destacando que la República Dominicana tiene una idiosincrasia profundamente influenciada por la religión, la historia y la educación, lo que se refleja en el sistema jurídico vigente.
La discusión se centra en la necesidad de un Código Penal que no solo aborde los delitos tradicionales, sino que también tenga en cuenta los nuevos flagelos sociales, como el ciberacoso, el robo de identidad, el fraude en línea y el terrorismo cibernético, entre otros. Estos delitos, a menudo perpetrados a través de plataformas digitales, requieren de una legislación ágil y actualizada, capaz de enfrentar la evolución de las tecnologías.
El Código Penal actual, con más de 200 años de existencia, no ofrece las respuestas necesarias para delitos modernos como el phishing, las estafas virtuales o la pornografía infantil en línea. Los legisladores tienen ahora la oportunidad de dejar de lado debates ideológicos y enfocarse en la creación de una norma penal que proteja a la población de los nuevos desafíos que surgen en una sociedad dinámica.
El mensaje también subraya la importancia de aprobar esta reforma sin las distracciones de los debates sobre temas como las tres causales del aborto, señalando que la sociedad dominicana necesita un instrumento legal que esté a la altura de los tiempos y pueda garantizar la justicia ante los delitos que cada día afectan más a los ciudadanos.



