En un mundo lleno de giros inesperados y situaciones inusuales, “el desbaratado” se convierte en el protagonista indiscutible de las historias cotidianas. Desde perder el trabajo hasta enfrentar interminables contratiempos, su vida parece estar marcada por la suerte (o la falta de ella). Recientemente, un amigo relató cómo su vida parecía una serie de infortunios continuos: perder un empleo, enfrentar problemas con el internet, sufrir un accidente con un carro prestado, e incluso ver cómo la suerte lo abandona en el momento menos esperado.
Las historias se vuelven aún más impredecibles cuando el “desbaratado” se enfrenta a situaciones como perder la tarjeta de débito en un cajero, que se traga la tarjeta; quedarse sin gasolina en medio de la nada; o, peor aún, recibir un doble sueldo solo para ver cómo la nevera se descompone poco después.
Pero lo más impactante es cuando el “desbaratado” se enfrenta a lo inesperado: un trabajo que parece llegar en el peor momento, un teléfono que se rompe en el instante menos adecuado, y hasta perder la oportunidad de un gran empleo por una operación inesperada.
Estas son solo algunas de las tantas historias que rondan a este personaje, quien parece estar constantemente rodeado de calamidades, pero siempre con la esperanza de que mañana será un día mejor. ¡Porque, al final, el “desbaratado” nunca pierde la fe!



