Cristian, un joven de 35 años con síndrome de Down, se ha convertido en un ejemplo de superación al desempeñarse con éxito como empleado en la Asociación Dominicana de Rehabilitación en Santo Domingo. Su condición genética no ha sido un obstáculo para ejercer su labor con dedicación y compromiso.

En su trabajo, Cristian se encarga de ayudar a decenas de pacientes diariamente con la facturación y entrega de indicaciones médicas. Su historia es un testimonio del impacto positivo que tiene la inclusión laboral en la vida de personas con discapacidad.

Según Junior Valdés, gerente de inclusión laboral de la Asociación, más de 100 personas con síndrome de Down han sido insertadas en el campo laboral a través de este programa. Actualmente, la institución cuenta con más de 70 alumnos en formación, capacitándose en diversas áreas como bisutería, pintura y actividades productivas que les permitirán acceder a un empleo digno o emprender sus propios proyectos.

La psicóloga clínica Milen Montero destaca que, aunque el síndrome de Down no tiene cura, las intervenciones tempranas, terapias y el apoyo educativo mejoran significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.

Cada 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, con el objetivo de promover la aceptación e inclusión social de estas personas. En República Dominicana, los avances en este ámbito son evidentes, aunque aún queda camino por recorrer para garantizar una sociedad más inclusiva y equitativa.