En un escenario político cada vez más activo, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) parece haber definido a su principal adversario de cara a las elecciones presidenciales de 2028: el expresidente Leonel Fernández. A pesar de que la campaña electoral aún no ha comenzado formalmente, la polarización entre el actual gobierno y el líder de la Fuerza del Pueblo se hace cada vez más evidente.
Desde el discurso de rendición de cuentas del presidente Luis Abinader, la confrontación entre ambos políticos se ha intensificado. Fernández ha cuestionado las obras del actual gobierno, mientras que Abinader ha respondido destacando los avances de su administración. Esta disputa alcanzó un nuevo nivel cuando Fernández realizó su programa “La Voz del Pueblo” desde Santiago, reforzando su presencia en la región y su crítica a la gestión gubernamental.
Desde el punto de vista estratégico, la decisión del PRM de posicionar a Fernández como su principal opositor podría ser un arma de doble filo. Por un lado, refuerza la narrativa de que la contienda política girará en torno a dos figuras de peso, lo que podría consolidar el liderazgo de Abinader dentro del PRM. Por otro lado, darle mayor visibilidad a Fernández podría fortalecer su imagen y atraer a votantes indecisos que buscan una alternativa al actual gobierno.
A nivel económico, la República Dominicana ha mantenido un crecimiento sólido del 5% anual, según datos del Banco Central. Sin embargo, factores externos como las políticas económicas de Estados Unidos y posibles crisis internacionales podrían afectar la estabilidad local. En este contexto, la percepción de Fernández como un líder con experiencia en momentos de crisis podría jugar a su favor.
Además, la aparente consolidación de Fernández como principal opositor podría generar tensiones dentro de la propia Fuerza del Pueblo, especialmente en torno al crecimiento de Omar Fernández, quien ya comienza a estructurar su campaña con comandos en distintas regiones del país.
Con miras a 2028, el panorama político dominicano se perfila como un escenario de alta competitividad, donde el PRM y la Fuerza del Pueblo podrán medir fuerzas en una batalla que promete estar marcada por estrategias, alianzas y el factor económico.



