Carmen Imbert expresó que el caso de la joven India de origen estadounidense, Konanki, ha puesto al descubierto las deficiencias y la fragilidad de las instituciones del país. Según Imbert, la falta de acción clara y la incertidumbre que rodean el caso reflejan una debilidad estructural en el sistema judicial.

El caso ha generado controversia, particularmente por la solicitud de los padres de la joven, quienes pidieron que las autoridades declaren la muerte de su hija para poder iniciar el proceso de duelo. Esta solicitud, aunque comprensible desde su dolor, resalta la desconexión entre el proceso judicial dominicano y las expectativas internacionales.

Imbert destacó la ausencia de una respuesta oficial concreta por parte de las autoridades, que aún no han resuelto la situación. Además, cuestionó la falta de claridad en los procedimientos legales y la vulnerabilidad del sistema frente a situaciones excepcionales.

La periodista también hizo un llamado a la reflexión sobre el manejo de la justicia en los medios de comunicación, donde las personas son juzgadas y condenadas sin un proceso formal, lo que pone en evidencia una de las principales fallas del sistema judicial en la República Dominicana.

En definitiva, el caso Konanki subraya una realidad incómoda: la debilidad institucional y la falta de coherencia en la aplicación de la ley, lo que deja al país vulnerable ante la opinión pública internacional y ante sus propios ciudadanos.