En un reciente comentario de la comunicadora Altagracia Salazar, se expuso la preocupante realidad sobre la influencia extranjera en la toma de decisiones del Congreso de la República Dominicana. Basándose en un artículo publicado bajo el seudónimo de Clotilde Parra en el periódico Diario Libre, Salazar señaló que legisladores dominicanos han admitido abiertamente que la presidencia de Donald Trump optimiza las condiciones para la aprobación del Código Penal sin presiones extranjeras.
Un Congreso sin independencia
Salazar destacó que la falta de independencia del Congreso se evidencia en la sumisión de los legisladores ante presiones externas. “A confesón de parte, relevo de pruebas”, afirmó la periodista, al referirse a la declaración de que la influencia de Trump permitirá aprobar un Código Penal sin causales de aborto, sin sanciones para la discriminación por orientación sexual y sin penalización para la violación en el matrimonio.
Estadísticas alarmantes
El artículo también reveló cifras preocupantes sobre la violencia de género y los abortos en el país. En el primer bimestre del año, se registraron 76 casos de incesto y 538 denuncias de abuso sexual en 2024. Además, en los hospitales públicos se documentaron 6,525 abortos, de los cuales 74 correspondieron a niñas menores de 10 años y 970 a adolescentes entre 15 y 19 años. La Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia estima que la cifra real de abortos en el país asciende a 25,000 anuales.
El nuevo Código Penal que se pretende aprobar ignora estas realidades, dejando sin protección a mujeres y niñas que sufren violencia. Según Salazar, esta legislación “promueve la violencia y la discriminación”, mientras que los legisladores justifican sus decisiones en nombre de la “familia diseñada por Dios”, sin considerar el impacto real de sus acciones.
Influencias extranjeras y doble moral
Uno de los puntos más críticos del artículo es la evidencia de que las decisiones políticas en el Congreso dominicano no responden a los intereses nacionales, sino a la influencia de gobiernos extranjeros. La aparente “independencia” de los legisladores se ve desmentida por su disposición a seguir directrices de Trump, lo que deja en evidencia la falta de soberanía en la legislación dominicana.



