Una niña de 10 años llegó con su padre a un estudio de tatuajes en Yuma con la intención de tatuarse el rostro del expresidente Donald Trump. Sin embargo, el tatuador se negó a hacerlo, argumentando que la menor podría arrepentirse en el futuro.

El dueño del estudio, identificado como Sosa, explicó que esta era la tercera vez que la familia visitaba su negocio con la misma petición. En las ocasiones anteriores, lograron convencer a la niña de optar por otros diseños. En su primer tatuaje, eligió la bandera de Estados Unidos, y en esta última visita, en lugar del rostro de Trump, se hizo un guacamayo con los colores de la bandera estadounidense.

“La ley permite tatuar a menores con el consentimiento de sus padres, pero en mi caso, no me parece correcto hacer un retrato en una niña de 10 años”, expresó Sosa.

El caso ha generado debate en redes sociales y en la comunidad, donde algunos defienden el derecho del padre a decidir sobre los tatuajes de su hija, mientras que otros consideran inapropiado que una menor de esa edad se tatúe. A pesar de la negativa del tatuador, la familia podría regresar nuevamente en busca de cumplir el deseo de la niña.