Nevada se encuentra lidiando con un brote de gripe aviar, una nueva variante del virus H5N1 que ha comenzado a afectar a las vacas lecheras en el estado. Este virus, identificado como la variante D11, había sido previamente detectado en aves silvestres y de corral, pero ahora ha saltado a los bovinos, lo que plantea un nuevo desafío para la industria ganadera y la salud pública.

Los expertos han señalado que este brote específico afecta principalmente al tejido mamario de las vacas, lo que pone en riesgo la calidad de la leche producida por los animales infectados. Aunque la carne de la vaca no parece verse afectada, el riesgo reside en la leche, que podría estar contaminada con el virus. Por ello, las autoridades sanitarias han instado a los productores a asegurar que la leche sea pasteurizada a temperaturas suficientemente altas para destruir cualquier posible traza del virus, reduciendo así el riesgo de contagio para los consumidores.

En cuanto a los seres humanos, las autoridades han informado que hasta el momento 67 personas en los Estados Unidos han enfermado debido a la gripe aviar, siendo la única fatalidad un hombre de 65 años de Luisiana, quien padecía condiciones médicas preexistentes. Los especialistas han destacado que, aunque el riesgo para los humanos sigue siendo bajo, las personas que trabajan estrechamente con las vacas lecheras podrían estar más expuestas al virus.

Este brote de gripe aviar en vacas lecheras representa un peligro potencial tanto para la salud animal como humana, y las autoridades están tomando medidas para monitorear de cerca la propagación del virus, con especial atención a las granjas afectadas en Nevada y otros estados cercanos.