Santo Domingo – La emblemática calle El Conde, antaño el corazón comercial de la Zona Colonial, hoy presenta un panorama desolador. Un recorrido por la zona deja en evidencia locales cerrados, estructuras en estado de abandono y un pavimento parcialmente deteriorado. Lo que una vez fue un punto de referencia para el comercio dominicano, ahora solo conserva los recuerdos de sus días de esplendor.

Algunos vendedores de la zona narraron que la situación es crítica. “La mayoría de los locales llevan más de 15 años cerrados, algunos incluso hasta 30 años”, comentó un comerciante. Ejemplos notables de este declive son la tienda Musicalia, que cerró hace aproximadamente 15 años, y la tienda Marilú, que cesó sus operaciones alrededor de 1995.

Según explicaron vendedores y visitantes, una de las principales razones del cierre masivo de negocios es el alto costo de los alquileres. “Ya no es en pesos dominicanos, sino en dólares, y no todo el mundo puede mantener un negocio así, sea un restaurante o una tienda“, afirmó un comerciante de la zona.

Otro de los problemas que afectan la calle El Conde es el deterioro de su pavimento. A pesar de los esfuerzos de remozamiento en la Zona Colonial, la entrada de la calle presenta un estado de abandono que desanima a turistas y ciudadanos. “Si te fijas en los zafacones y en la calle, hay muchísimos turistas tropezando con los hoyos. La zona Colonial se ha convertido en un disparate”, expresó un visitante con indignación.

A pesar del potencial turístico de la zona, la falta de mantenimiento y atención por parte de las autoridades locales, según los comerciantes, ha contribuido al deterioro progresivo de esta histórica calle. “Carolina Mejía no ha hecho nada”, lamentó un residente, refiriéndose a la gestión municipal.

El Conde, que en su mejor momento fue sinónimo de dinamismo y cultura, hoy parece no invitar a los turistas y ciudadanos a recorrerlo, como antaño ocurría cuando la frase “vamos a conar a la calle El Conde” era común entre los dominicanos. Su rehabilitación, coinciden los vendedores, podría devolverle la vida a este icónico espacio urbano.