Washington, D.C. – El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su plan de deportar a medio millón de haitianos como parte del fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciudadanos de ese país. La medida, según sus declaraciones, se ejecutará hasta el 3 de agosto de este año, afectando a miles de inmigrantes haitianos que perderán su estatus legal en territorio estadounidense.

La decisión podría generar una crisis migratoria en la región, ya que Haití atraviesa una grave crisis política, social y económica. Expertos han advertido que esta situación podría tener un impacto en países vecinos como República Dominicana, que podría experimentar un aumento en el flujo migratorio debido a las deportaciones masivas.

Paralelamente, el presidente de Kenia ha propuesto formalmente al Parlamento Africano que Haití sea considerada la sexta región de la diáspora africana, basándose en los lazos culturales e históricos que unen a la nación caribeña con África. Esta propuesta llega en un momento en el que Kenia ha enviado fuerzas policiales a Haití para colaborar en la pacificación del país, a pesar de la muerte reciente del primer oficial keniano en operativos conjuntos con la policía haitiana.

Mientras tanto, en Haití, el gobierno interino enfrenta dificultades para organizar elecciones, ya que la falta de seguridad impide el acceso a muchos centros de votación. Analistas sostienen que sin una intervención multinacional de mayor magnitud, el país no podrá estabilizarse en el corto plazo.

En la República Dominicana, el presidente Luis Abinader ha reiterado que su gobierno está preparado para proteger la soberanía del país ante cualquier impacto migratorio derivado de la crisis en Haití. La situación sigue siendo incierta y podría tener implicaciones significativas en la región en los próximos meses.