El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un enérgico discurso de toma de posesión este lunes 20 de enero, en el que abordó varias de las problemáticas más urgentes que enfrenta el país. En su intervención, destacó temas como la inmigración, el sistema ambiental y, en particular, el sistema educativo, al cual criticó duramente.
Uno de los puntos más polémicos de su discurso fue su declaración sobre el sistema educativo, señalando que este “obliga a los jóvenes a odiarse entre ellos y a odiar a Estados Unidos”. Trump prometió que este panorama cambiará desde ese momento y afirmó con confianza que los cambios se producirán rápidamente.
El mandatario también subrayó su compromiso con la restauración de la fe, la prosperidad y la democracia en el país. “Mi objetivo es devolverle al pueblo su fe, su prosperidad, y su democracia, y desde luego su libertad. A partir de este momento, el declive estadounidense ha terminado”, aseguró Trump con un tono firme y optimista.
En su discurso, Trump dejó claro que su administración trabajará incansablemente para reformar lo que considera fallos estructurales del país, con un enfoque particular en los valores que considera esenciales para la grandeza de la nación.