El comunicador Manuel Cruz abordó la grave situación humanitaria que se está viviendo en la República Democrática del Congo, destacando la conexión entre la violencia extrema y los minerales que hacen de este país una de las mayores reservas mundiales de recursos naturales estratégicos, como el coltán.

Cruz explicó que, en la actualidad, el Movimiento M23 ha recogido 111 cadáveres en solo un día, reflejando la intensidad de la masacre en la región. Esta violencia no es nueva, pero ha sido exacerbada por el control de los recursos naturales en el país, especialmente el coltán, un mineral utilizado en la producción de tecnologías como teléfonos celulares, computadoras, aeronáutica, y armamento. El Congo, a pesar de ser uno de los países más pobres y con uno de los índices más bajos de desarrollo humano, es el principal productor de coltán, con aproximadamente el 80% de las reservas mundiales.

Manuel Cruz subrayó que el coltán es un recurso clave para la industria tecnológica global, ya que tiene aplicaciones en la fabricación de transistores, baterías, prótesis, y hasta en la producción de energía atómica. Sin embargo, su extracción en el Congo ha sido la causa de innumerables violaciones de derechos humanos, incluyendo trabajo infantil y condiciones de esclavitud en las minas.

Cruz también destacó que, a pesar de la magnitud de la crisis, el mundo ha ignorado este conflicto sangriento que ha dejado más de 6 millones de muertos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Agregó que, al igual que en otros lugares, las grandes potencias del mundo, incluidas Estados Unidos y China, son responsables de la demanda de estos minerales, lo que perpetúa la violencia en el Congo.

El comunicador recordó que, tras el genocidio en Ruanda, un remanente de los hutus, responsables del genocidio, se trasladó a la región noroeste del Congo, donde tomaron el control de minas ricas en recursos. Estos grupos han sido apoyados por naciones como Ruanda, lo que ha contribuido a la prolongación del conflicto. Mientras tanto, los grandes conglomerados internacionales, incluidos Intel y Alcatel, continúan comprando estos minerales a pesar de que provienen de zonas de conflicto, lo que ha llevado a la República Democrática del Congo a demandar por la compra de minerales “sangrientos”.

El comunicador también destacó la paradoja de que, mientras el mundo se concentra en temas como la política interna de Estados Unidos o la Inteligencia Artificial en China, la tragedia en el Congo sigue siendo ignorada. Incluso los recursos como el coltán, que alimentan el avance tecnológico en todo el mundo, están vinculados a una cadena de violencia y sufrimiento que parece no tener fin.