Hace no mucho tiempo, la República Dominicana disfrutaba de una cobertura eléctrica continua, 24 horas al día. Sin embargo, hoy, la situación ha cambiado radicalmente, y la ciudadanía está demandando respuestas.

El país enfrenta, además, un serio brote de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue y la malaria. En las primeras semanas de este año, se han reportado más de 300 casos de malaria y dengue en una sola semana, y aunque se reconoce el esfuerzo de las autoridades de salud, la falta de campañas agresivas para erradicar estos males es evidente. A pesar de la gestión del Ministerio de Salud Pública, las medidas preventivas no están llegando de manera efectiva a los sectores más vulnerables, aquellos donde el riesgo de propagación es mayor.

Pero el principal foco de preocupación sigue siendo el sistema eléctrico. La población está harto de los apagones. No importa cuántos detalles técnicos se ofrezcan, ni las explicaciones sobre las causas del problema. La gente solo quiere una solución. En tiempos pasados, la red eléctrica del país funcionaba de manera estable, pero las decisiones erróneas de este gobierno han provocado una crisis que afecta a cada hogar.

Entre las principales causas que han llevado a esta situación están la falta de inversión, la interrupción del pacto eléctrico y la eliminación de medidas que antes garantizaban el buen funcionamiento del sistema. Además, el gobierno ha implementado políticas que, lejos de solucionar el problema, han agravado la situación.

Es hora de que el gobierno asuma su responsabilidad y se enfoque en ofrecer soluciones inmediatas. La gente no puede seguir soportando apagones de hasta 18 horas diarias. Exigimos una estrategia clara y eficiente para devolverle la estabilidad al sector eléctrico. Si antes teníamos luz las 24 horas, ahora no podemos quedarnos en la oscuridad. Es un tema urgente y no puede seguir siendo ignorado.