La violencia y la criminalidad han recrudecido en un preocupante desafío a la autoridad en el país, dejando un saldo de al menos cinco oficiales asesinados en las últimas semanas. Este alarmante panorama ha encendido las alarmas entre los ciudadanos, quienes exigen medidas inmediatas para frenar el avance de la delincuencia.

El caso más reciente ocurrió el pasado martes en el kilómetro 5 de la carretera Sánchez, en San Cristóbal. El segundo teniente del Ejército, Gregorio Ramírez Pineda, fue atacado mientras verificaba una falla en su vehículo junto a su esposa. Dos delincuentes lo sorprendieron, disparándole varias veces para sustraerle su arma de reglamento. El oficial falleció en el lugar, en un sector descrito por los residentes como una “zona caliente” por la alta incidencia delictiva.

“Vivimos con miedo. Aquí los atracos son diarios, y la seguridad brilla por su ausencia. Nos sentimos huérfanos de protección”, lamentó un residente de la zona.

Este trágico incidente se suma a otros cuatro casos recientes:

  • Un policía asesinado a tiros en el sector María Auxiliadora del Distrito Nacional.
  • Un capitán de la Fuerza Aérea ultimado en Costambar, Santo Domingo Este.
  • Un cabo policial que perdió la vida tras ser lanzado de un vehículo en marcha en la autovía de Samaná.

Los residentes claman por un aumento en la vigilancia y acciones contundentes por parte de las autoridades para enfrentar esta crisis. “Es urgente apretarle la tuerca a los antisociales antes de que el problema de la inseguridad sea aún mayor”, expresó un líder comunitario.

La Policía Nacional informó que investiga estos casos, mientras crece la presión para que se refuercen los operativos en las zonas más vulnerables del país.