En un esfuerzo por aumentar la seguridad de las viviendas, Carolina del Norte está implementando renovaciones y nuevas construcciones utilizando materiales resistentes al fuego. Estos incluyen paneles de fibra de vidrio, techos ignífugos y recubrimientos especiales para paredes, diseñados para brindar una protección más efectiva contra incendios.

El Instituto para la Seguridad Empresarial y del Hogar destacó que estas medidas no solo aplican a nuevas construcciones, sino también a la remodelación de millones de viviendas antiguas. El costo estimado de estas mejoras oscila entre $40,000 y $100,000 por hogar, dependiendo de la magnitud de los trabajos requeridos.

A pesar del costo, los expertos subrayan que esta inversión es crucial para prevenir pérdidas humanas y materiales en caso de incendios. “La seguridad no tiene precio”, señalan los especialistas, quienes esperan que este modelo inspire a otras regiones a adoptar soluciones similares.