En la provincia de Cusco, Perú, una curiosa forma de celebrar la Navidad ha captado la atención de muchos. Durante el festival anual conocido como Tanacu, hombres, mujeres y hasta niños se reúnen en la arena para resolver disputas mediante combates físicos, supuestamente con el objetivo de fortalecer sus relaciones y superar conflictos.
Mientras otros en el mundo promueven la paz, el amor y la armonía durante las fiestas, en Cusco el inicio de la Navidad se celebra de una manera un tanto inusual. En esta provincia, la tradición dicta que los participantes se den golpes en un ambiente controlado, sin que se reporten lesionados graves.
“Es como una manera de liberar tensiones y acercarse más a la comunidad”, explica uno de los organizadores del evento. A pesar de la violencia superficial, después de cada combate, los enfrentamientos terminan con reconciliaciones y una atmósfera festiva llena de música y baile.
Esta tradición única ha sido un elemento cultural importante durante años, permitiendo a los participantes superar disputas en un espacio controlado, donde la festividad se convierte en una celebración de unión comunitaria.