En enero de 2025, El Salvador conmemorará el segundo aniversario del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una prisión de máxima seguridad creada bajo el mandato del presidente Nayib Bukele. Diseñada para albergar a miles de pandilleros capturados durante el estado de excepción decretado en marzo de 2022, el CECOT es clave en la estrategia para erradicar el crimen organizado.
La lucha contra las pandillas
Por décadas, El Salvador fue uno de los países más violentos del mundo. Las pandillas como la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 controlaban comunidades, extorsionaban negocios y cometían crímenes atroces. Con el estado de excepción, el gobierno arrestó a más de 72,000 presuntos pandilleros, muchos enviados al CECOT.
Dentro del CECOT
Ubicado en Tecoluca, el CECOT alberga a más de 12,000 internos, incluyendo miembros de pandillas rivales. Las celdas, diseñadas para 100 reclusos, tienen condiciones espartanas: planchas metálicas para dormir, luz constante y vigilancia estricta. Los reclusos tienen solo 30 minutos diarios fuera de las celdas, comida sencilla y actividades regimentadas.
Impacto y críticas
La estrategia de Bukele ha reducido drásticamente la violencia. Calles antes dominadas por pandillas ahora son seguras, y ciudadanos como Don José Gálvez celebran la transformación. Sin embargo, organismos internacionales critican las detenciones arbitrarias, el hacinamiento y la falta de transparencia. Edgardo Maya, analista en seguridad, advierte sobre violaciones a derechos humanos y posibles abusos.
El dilema salvadoreño
Para muchos, la seguridad recuperada justifica las medidas extremas. Otros temen los excesos del poder estatal. Con el respaldo del 80% del electorado, Bukele ha consolidado su mandato, mientras el CECOT sigue siendo símbolo de su guerra contra las pandillas, una lucha transformadora pero controvertida.