En los últimos años, se ha observado un aumento preocupante en el número de infartos en la sociedad, lo que ha llevado a expertos en salud a señalar que los problemas cardiovasculares son una de las principales causas de este fenómeno. Según especialistas, adoptar medidas de medicina preventiva es crucial para reducir estos riesgos y mejorar la salud cardiovascular de la población.

La medicina preventiva se enfoca en promover estilos de vida saludables para evitar la aparición de enfermedades antes de que se manifiesten. En este contexto, una alimentación equilibrada y el ejercicio físico regular son dos pilares fundamentales. La recomendación es clara: una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras puede ayudar a mantener un peso saludable, controlar los niveles de colesterol y reducir la presión arterial, factores clave para prevenir problemas del corazón.

Además, los expertos subrayan la importancia de disminuir la ingesta de alcohol. El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial y contribuir a la acumulación de grasa en las arterias, lo que eleva significativamente el riesgo de infartos y otras afecciones cardiovasculares.

El mensaje es directo: “Para evitar enfermedades cardiovasculares y sus complicaciones, como los infartos, es fundamental adoptar hábitos de vida saludables desde una edad temprana”, explica el Dr. Juan Vargas Delgado, psicólogo clínico y experto en bienestar integral. “Una buena alimentación y ejercicio son herramientas esenciales que, junto con el seguimiento médico, pueden prevenir muchos de los problemas que hoy enfrentamos”.

Los expertos insisten en que la prevención es más eficaz que el tratamiento de enfermedades una vez que ya se han desarrollado. Por lo tanto, es esencial que la población se comprometa con un estilo de vida que priorice la salud cardiovascular, no solo como un objetivo personal, sino como un compromiso colectivo para reducir la carga de enfermedades graves que afectan a millones de personas en todo el mundo.