La Navidad, una época asociada con la alegría y las celebraciones, es también un período en el que muchas personas experimentan depresión debido al estrés emocional y financiero. Factores como las altas expectativas, problemas económicos o recuerdos dolorosos pueden contribuir a este malestar emocional, que en ocasiones se conoce como “depresión navideña“.
Entre los síntomas más comunes de la depresión en estas fiestas se encuentran la tristeza, melancolía, frustración, aislamiento y nostalgia excesiva. Además, las personas que han perdido a un ser querido o que enfrentan una enfermedad durante la temporada navideña son más propensas a experimentar sentimientos de desesperanza. El no poder cumplir con expectativas personales o familiares también puede generar frustración, especialmente si se siente que no se tienen los recursos necesarios para disfrutar de la festividad como se espera.
Es importante reconocer cuándo estos sentimientos se convierten en un problema más serio. Si la tristeza persiste por más de dos semanas y va acompañada de síntomas como la pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas, la fatiga constante o alteraciones en el sueño y el apetito, se recomienda buscar ayuda profesional. El contacto con un especialista en salud mental es fundamental para recibir el apoyo necesario y prevenir el empeoramiento de la condición.
Para quienes atraviesan la depresión navideña, algunos consejos para manejarla y promover el bienestar emocional incluyen: