La Navidad, una época asociada con la alegría y las celebraciones, es también un período en el que muchas personas experimentan depresión debido al estrés emocional y financiero. Factores como las altas expectativas, problemas económicos o recuerdos dolorosos pueden contribuir a este malestar emocional, que en ocasiones se conoce como “depresión navideña“.

Entre los síntomas más comunes de la depresión en estas fiestas se encuentran la tristeza, melancolía, frustración, aislamiento y nostalgia excesiva. Además, las personas que han perdido a un ser querido o que enfrentan una enfermedad durante la temporada navideña son más propensas a experimentar sentimientos de desesperanza. El no poder cumplir con expectativas personales o familiares también puede generar frustración, especialmente si se siente que no se tienen los recursos necesarios para disfrutar de la festividad como se espera.

Es importante reconocer cuándo estos sentimientos se convierten en un problema más serio. Si la tristeza persiste por más de dos semanas y va acompañada de síntomas como la pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas, la fatiga constante o alteraciones en el sueño y el apetito, se recomienda buscar ayuda profesional. El contacto con un especialista en salud mental es fundamental para recibir el apoyo necesario y prevenir el empeoramiento de la condición.

Para quienes atraviesan la depresión navideña, algunos consejos para manejarla y promover el bienestar emocional incluyen:

  • Establecer expectativas realistas: No todas las Navidades son perfectas, y es fundamental aceptar que las circunstancias pueden no ser ideales. Ajustar las expectativas puede reducir la presión y ayudar a disfrutar más de lo que realmente se tiene.
  • Hablar sobre los sentimientos: Compartir las emociones con amigos, familiares o profesionales puede aliviar la carga emocional. El simple acto de expresar lo que sentimos puede ser liberador.
  • Cuidar la salud física: Hacer ejercicio regularmente, comer de manera equilibrada y descansar lo suficiente son esenciales para mantener un bienestar integral durante las festividades.
  • Evitar el aislamiento: Participar en actividades sociales, aunque sea de manera moderada, puede ayudar a combatir los sentimientos de soledad y tristeza. Si no es posible estar físicamente presente, una llamada o videollamada puede ser reconfortante.
  • Aceptar el duelo y los recuerdos dolorosos: Si la Navidad es un momento difícil por la pérdida de un ser querido, permitirte sentir y recordar sin presión para “superarlo rápidamente” es una forma saludable de procesar el dolor.