La muerte del teniente Junior Reyes Chala, miembro de la Fuerza Aérea de la República Dominicana, ha generado conmoción y serias interrogantes sobre los motivos y la participación de otros miembros de las fuerzas armadas en este caso. Según informaciones proporcionadas por la Policía Nacional, el hecho ocurrido el pasado domingo en Jaina Moa, en Santo Domingo, parece ir más allá de un simple atraco.
En una rueda de prensa realizada ayer, el vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, detalló el esquema del crimen basado en las investigaciones realizadas hasta el momento. Según los hallazgos, el principal coordinador de este acto fue un capitán de la misma institución a la que pertenecía la víctima. Este capitán habría identificado al teniente mientras jugaba dominó cerca de su casa y organizó un supuesto atraco con el fin de despojarlo de sus pertenencias, incluyendo joyas y su arma de reglamento.
Detalles del crimen
Pesqueira presentó un diagrama detallado que muestra cómo ocurrió el asesinato. Cámaras de seguridad captaron al capitán pasando dos veces en su Toyota Prado blanca por el lugar donde se encontraba el teniente. Después de verificar la ubicación de la víctima, el capitán recogió a tres individuos, quienes posteriormente abordaron una motocicleta para ejecutar el crimen.
Una vez cometido el asesinato, los perpetradores abandonaron la motocicleta y fueron recogidos nuevamente por el capitán, quien los transportó a otro lugar. De los involucrados, dos individuos apodados “El Mecánico” y “El Gordo” permanecen prófugos, mientras que el capitán ya está detenido y bajo investigación.
¿Un caso de atraco o sicariato?
Aunque las evidencias iniciales sugieren que el móvil del crimen fue el robo de las pertenencias del teniente, expertos y la opinión pública especulan sobre la posibilidad de que haya motivos más oscuros detrás de este acto. “Es difícil creer que un capitán de una institución castrense se preste a planificar y ejecutar un atraco contra un compañero de armas. Hay piezas que no encajan en este caso”, comentó un analista en temas de seguridad.
La preocupación también radica en el nivel de implicación de oficiales de alto rango en crímenes que desafían las normas de sus propias instituciones y de la sociedad. “Esto no solo erosiona la confianza en nuestras fuerzas armadas, sino que también plantea preguntas graves sobre la formación y valores de quienes alcanzan posiciones de responsabilidad”, agregó el analista.
Un patrón preocupante
Este caso no es un incidente aislado. En los últimos años, ha habido una preocupante tendencia de crímenes cometidos contra miembros de las fuerzas armadas por sus propios compañeros. Aunque las estadísticas muestran una disminución en el número de oficiales asesinados (de 34 en 2021 a 15 en lo que va del 2024), cada caso pone en evidencia la necesidad de reforzar la disciplina, la formación ética y la supervisión dentro de estas instituciones.
La Policía Nacional ha pedido a los prófugos que se entreguen para evitar derramamiento de sangre y avanzar en el esclarecimiento del caso. Entretanto, la sociedad dominicana sigue esperando respuestas claras y acciones contundentes que garanticen que hechos como este no vuelvan a repetirse.