En lo que va del año 2024, la Policía Nacional ha enfrentado un panorama sombrío en su lucha por garantizar el orden y la seguridad ciudadana. Un total de ocho agentes han perdido la vida en hechos violentos, dejando a 21 niños en situación de orfandad. Estos uniformados, algunos de ellos fuera de servicio y otros activos, han sido víctimas de diversos conflictos sociales y actos criminales mientras cumplían con su deber.

Uno de los casos más recientes y trágicos es el de Bí Calcaño Castillo, quien intentó evitar un asalto y fue gravemente herido, siendo finalmente rematado por su atacante. Según los reportes preliminares, uno de los autores del crimen se encuentra en estado de salud crítico, mientras que las autoridades continúan investigando a otros implicados. Actualmente, siete personas han sido detenidas, y se persigue activamente a Elvin Lugo Pérez, conductor de la motocicleta, y a Henry Félix, quien es señalado como el matador en este caso.

Asimismo, el asesinato del segundo Teniente Ramón Antonio Cabrera Fernández el pasado 9 de diciembre en el sector María Auxiliadora sigue bajo investigación. La comisión encargada del caso, encabezada por el Ministerio Público, ha logrado apresar a Miguel Ángel Disla Bruno, quien es señalado como uno de los participantes en este crimen, en conjunto con Ángel Manuel Félix Vargas, de 40 años, quien hasta el momento no ha respondido a la solicitud de entrega voluntaria.

En San Cristóbal, se siguen investigando varios casos, incluyendo los asesinatos del Razo Roberto Alexander Sierra, Omar Pérez en La Cega, Euclides Ureña Mejía en un hotel, y Franklin Eric Félix Capellán, ejecutado de cuatro balazos. Del mismo modo, el caso de Nelson Mateo, cuyos detalles aún se indagan, es parte de este complejo panorama de inseguridad que afecta a la Policía Nacional y a sus familias.

Este año ha sido especialmente desafiante para los agentes policiales, quienes enfrentan diariamente una difícil realidad en su afán por mantener la paz y proteger a los ciudadanos. La sociedad y las autoridades deben unirse para abordar esta creciente ola de violencia y trabajar en soluciones efectivas para salvaguardar la seguridad de todos.