En un esfuerzo por fomentar la reintegración social y la reeducación de los privados de libertad, la cárcel La Victoria celebró recientemente la graduación de 100 internos en diversos programas de formación técnica y espiritual, como parte de una iniciativa conjunta entre instituciones gubernamentales, fundaciones y el sector privado.

Según Amparo María, directora del penal, estas actividades buscan garantizar los derechos humanos de los reclusos y brindarles herramientas para enfrentar la vida fuera de prisión. “Trabajamos constantemente en el acompañamiento tanto técnico como familiar, para que al salir tengan un apoyo integral que facilite su reinserción en la sociedad”, explicó.

El evento, realizado en colaboración con la Escuela Vocacional y diversas fundaciones, incluyó capacitaciones en 23 áreas técnicas, sumándose a los 385 internos que ya han completado programas similares. Además de las habilidades prácticas, se enfatizó en el desarrollo espiritual, promovido por organizaciones religiosas como parte esencial del proceso de cambio personal.

Amado Lajara, representante de una de las fundaciones colaboradoras, destacó la importancia de estas iniciativas: “Nuestro trabajo tiene como objetivo no solo cumplir con el mandato constitucional de reeducación, sino también ofrecerles a los privados de libertad la oportunidad de reconstruir su vida con valores y conocimientos que les permitan ser ciudadanos productivos”.

Este tipo de programas son parte de un enfoque integral hacia la rehabilitación, buscando transformar los espacios penitenciarios en plataformas de desarrollo personal y profesional. Con el apoyo continuo de familiares y comunidades, estas acciones representan un paso significativo hacia una sociedad más inclusiva y justa.

Este evento en La Victoria muestra un ejemplo vivo de cómo el sistema penitenciario puede evolucionar hacia un modelo más humanitario y efectivo en el cumplimiento de sus objetivos de reeducación y reinserción.