Un grupo de seguidores de Satán en Chile ha solicitado el reconocimiento legal de su organización ante el Ministerio de Justicia, con el fin de que sea reconocida oficialmente como una iglesia. Este grupo, que se autodenomina como satanistas y luciferinos, busca visibilizar su fe y obtener los mismos derechos que las instituciones religiosas tradicionales en el país.

A pesar de la controversia que ha generado su petición, el colectivo asegura que no practican sacrificios humanos ni de animales, y rechazan las representaciones negativas de los satanistas que popularmente se conocen a través del cine. Según ellos, su filosofía se basa en el empoderamiento personal y colectivo, reconociéndose como “dioses encarnados” en lugar de adorar a entidades externas como Lucifer o Satán.

“Nosotros no adoramos a Lucifer ni a nadie más que a nosotros mismos. El sacrificio es personal y no involucra daño a otros seres humanos o animales”, aseguró uno de los miembros del grupo. A pesar de estas aclaraciones, la solicitud ha causado alarma y rechazo entre las congregaciones religiosas tradicionales, que cuestionan si una organización con estas creencias debería ser considerada una entidad religiosa.

Esta solicitud se ampara en la Constitución chilena, que garantiza la libertad de culto. La ley chilena de cultos, vigente desde finales de los 90, establece que cualquier creencia puede solicitar ser reconocida legalmente como iglesia. El Ministerio de Justicia se encuentra actualmente revisando la solicitud y tiene previsto dar una respuesta en los próximos meses.

En caso de que la petición sea rechazada, los líderes de este templo han advertido que no descartan presentar una demanda contra el Estado chileno y recurrir a organismos internacionales, lo que podría abrir un precedente legal en América Latina.